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miércoles, 20 de agosto de 2014

LA BORDADORA TERESA DEL CASTILLO

Teresa del Castillo es una de las más importantes bordadoras que trabajaron en Sevilla en la segunda mitad del siglo XIX. 

Su trabajo estuvo muy unido al de su marido, Antonio del Canto Torralvo, pintor y profesor en la ciudad hispalense en la Escuela de Bellas Artes, y como una de sus aportaciones más importantes está la introducción del estilo neogótico en los bordados de las cofradías. 

Su taller estuvo situado en el número 3 de la Alamedilla de Triana, y cuenta con obras documentadas desde 1854 hasta 1905.

Quinta Angustia

Sus primeros bordados documentos son encargados por la Hermandad de la Quinta Angustia, para la que bordó el manto de la Virgen en oro sobre terciopelo azul en 1854, completando dos años después los ropajes del resto de las figuras del paso del Misterio también en oro sobre terciopelos de diferentes colores. 






Estas vestimentas, diseñadas por Antonio del Canto, cuentan con peculiares bordados entrelazados de distintas dimensiones que se reparten por el tejido de forma asimétrica, con ramas y hojarascas como elementos decorativos principales.






 Para la misma Hermandad bordó en 1856 el estandarte y los paños de bocinas. El Estandarte representativo y a la vez símbolo de la Archicofradía lleva bordado en oro el antiguo escudo de la misma, orlado por el Toisón de Oro y el Collar de la Orden de Carlos III. Le acompañan castillos y leones rampantes, todo ellos, sobre terciopelo azul marino. Los elegantes paños en terciopelos azul oscuro llevan bordados el escudo de la Hermandad, obra de Teresa del Castillo, no así los pequeños adornos bordados de floristerías que son obra más moderna de Guillermo Carrasquilla alrededor de 1950.



El Senatus, de mediados del XIX, el guión de 1856, el Sinelabe Concepta que es también una original insignia mariana de la cual y con estas características quedan pocas en la cofradías. Alargada y sobre terciopelo azul, las palabras Sinelabe Concepta, están rodeadas de estrellas que la dominan por completo. 

Gran Poder

En 1857 contrata con la Hermandad del Gran Poder una túnica de gran valor para el Cristo, la conocida como la de las coronas de espinas, por las cuatro que presenta en sus bordados.



El diseño de la túnica de la Corona de Espinas está compuesto por hojas de acanto y flores de cardo alrededor de toda la parte inferior de la túnica, y por hojas pequeñas que se entrelazan y centran la composición en la parte frontal formando una corona de espina -que le da nombre-, dentro de la cual figura el paño de la Verónica. También presenta bordadas las bocamangas y la cenefa del pecho y cuello, con una labor más plana en la que resaltan unas flores de cardo iguales a la de la zona inferior.

Teresa del Castillo también borda un manto menor o de camarín para la Santísima Virgen con los populares temas de cardos y sobre terciopelo granate. Se completa con una saya del mismo motivo y autor en 1860.


La Carretería

Unos años después, en 1861 borda las vestiduras del Misterio de la Hermandad de la Carretería. 



Para este trabajo la decoración del manto de la Virgen de la Luz lo concibe Antonio del Canto como una secuencia de grandes hojas de cardo unidas entre sí por tallos finos con otras aplicaciones vegetales. 



Para la capa de José de Arimatea diseña una cenefa de formas geométricas que preludia el estilo neogótico habitual en trabajos posteriores. De excepcionales se pueden catalogar cada una de las piezas de las imágenes del misterio, ejecutadas por Teresa del Castillo en torno a 1861, salvo el mantolín de San Juan, obra de Carrillo.





Ejecuta el Senatus, el Sinelabe y los paños de bocina. 







La Exaltación

Para la Hermandad de la Exaltación llegó a bordar una saya y un manto que estrenó la Virgen de las Lágrimas en 1874, y hoy  desaparecidos. 

Soledad de San Lorenzo

Una obra no documentada que se le atribuye a Teresa del Castillo es el manto procesional de la Virgen de la Soledad de la parroquia de San Lorenzo, que tras múltiples vicisitudes de la Hermandad, inicialmente en la parroquia de San Miguel, cerrada en 1868, estrena terminado desde San Lorenzo el Viernes Santo de 1875. Otroas fuentes lo atribuyen a Josefa Antúnez.






Santo Entierro

En la Hermandad del Santo Entierro, hay que destacar la importancia decisiva en la Hermandad y en la forja de una estética muy específica de su cofradía en la calle, partiendo de toda una remodelación de pasos, enseres, bordados, etc., del académico Antonio del Canto Torralbo.




Constituye uno de los trabajos más interesantes de esta bordadora, junto a su marido como diseñador, los realizados para esta Hermandad, en el año 1880; una obra plenamente neogótica acorde con la estética decimonónica del Misterio del Duelo. 



El manto de la Virgen de Villaviciosa se organiza a partir de unas "ces" cruzadas que configuran una serie de rosetones en cuyo interior se sitúan sendas coronas de estrellas, en cuyo centro se representan una serie de soles, todo ello de estilo neogótico, al igual que la greca que siluetea el total resultante. Una de las grandes aportaciones de Antonio del Canto Torralvo a las cofradías fue la introducción del estilo neogótico en sus diseños.





Diseñó también los bordados de las imágenes del paso del Duelo, gran parte de los enseres de orfebrería y bordados del cortejo, e incluso realizó los dibujos acuarelados que, a modo de figurines, sirvieron de modelos para la confección de los ropajes de las sibilias y, probablemente del resto del cortejo simbólico. Su esposa, Teresa del Castillo, ejecutó los diseños de los bordados. 
























El Valle

La saya de los soles es una túnica de terciopelo azul prusia bordada en oro, representa simbólicamente las Virtudes Marianas. Diseñada por Antonio del Canto Torralba y bordada por Teresa del Castillo en 1879, en la parte central de la túnica surgen tres tallos de acanto de los que brotan sus características hojas lobuladas de gran tamaño, mezcladas con otras más menudas lanceoladas, lineales y aovadas alargadas. Los característicos soles que salpican la parte superior de la prenda dan nombre a la misma.



Otra obra de extraordinaria belleza es la túnica estrenada en 1881 por el Cristo con la Cruz al hombro de la Hermandad de El Valle, realizada por Teresa del Castillo, como siempre según diseño de su marido Antonio del Canto, en este caso con una estética más barroca, distribuyendo grandes y resaltados roleos sobre un bordado más menudo que le hace de fondo. Realizada en terciopelo de Lyón morado bordado en hilo metálico dorado, simboliza la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.




En el borde inferior, en la bocamanga y en el cuello se desarrolla un festón donde se engarzan hojas de acanto. De la parte inferior surgen tallos de grandes proporciones en forma de roleos, de los cuales brotan hojas de acanto, y de la parte central surge una gran hoja de acanto de cinco lóbulos. Las mangas repiten el modelo ornamental de hojas de acanto en forma de roleos.




El techo del Palio de Ntra. Sra. del Valle en terciopelo granate bordado en hilos metálicos plateados y sedas de colores.



 La aureola circular que centra la composición fue elaborada en la primeros años del siglo XVIII y se desconoce su autoría, representa simbólicamente la proclamación de María como Madre de Dios. 



Al adquirir esta pieza a la Hermandad de la Antigua, junto a las bambalinas, se le añade el salpicado de estrellas, siendo su autora la bordadora Antonia Bazo en 1806. El resto de la ornamentación añadido por Teresa Del Castillo para ser estrenado en 1880. Estas bambalinas son las más antiguas que se conservan de las cofradías de penitencia de Sevilla y su bordado, que fue restaurado el año de su adquisición por Antonio Bazo, simboliza una síntesis del Misterio Pascual de Cristo. También borda los paños de bocina de ambos misterios, a fines del XIX.



El manto de la Virgen del Valle. Algunas fuentes lo atribuyen a la bordadora Patrocinio Vázquez en 1905 y otras a Teresa del Castillo. El diseño está basado en los bordados del siglo XVII del palio de esta cofradía, que anteriormente habían pertenecido a la Antigua y Siete Dolores, para quien fue bordado. Realizado en hojilla de plata sobre terciopelo de lyón burdeos.



Este magnífico manto lo lució la Virgen del Valle hasta el año de 1920 en que estrenó el actual realizado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda.
La primitiva pieza, paso a manos de la Hermandad de la Vera Cruz de Huelva, donde en la actualidad sigue formando parte del magnífico ajuar de la Virgen de los Dolores de esta Cofradía.

Pasión

Para la hermandad de Pasión también ejecuta los paños de bocinas.

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