Nombre real: Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, aunque
reciba el nombre de La Estrella por encontrarse en el barrio del mismo nombre.
Se ubica en el Largo da Estrela al oeste de la ciudad de Lisboa, sobre una
colina, es visible desde muchos puntos de Lisboa gracias a su gran cúpula.
La Basílica de Estrela es el resultado de la ofrenda que la Reina María I de Portugal (de profunda fe en el Sagrado Corazón de Jesús) hizo tras la promesa de construir un convento y una iglesia a las religiosas de la orden de Santa Teresa, si gracias a la ayuda divina daba luz a un hijo varón que la sucediera. Finalmente tras el nacimiento de su hijo José I Príncipe de Brasil en 1761, el inicio de la construcción no tuvo lugar hasta 1779, por escasez de fondos y se finalizó en 1790. El Marqués de Pombal había dedicado todos los recursos económicos a la reconstrucción de la ciudad tras el terremoto de 1755. Otros problemas fueron los teológicos ya que el culto al Sagrado Corazón de Jesús no estaba aprobado por la Iglesia Católica. La Basílica da Estrela fue la primera iglesia del mundo en recibir el título de lugar de culto al Sagrado Corazón cuando fue finalmente aprobado por bula pontificia.
La construcción del convento e iglesia comenzó en 1779, confiada a Mateus Vicente de Oliveira, autor también del Palacio de Queluz. A la muerte de Oliveira, en 1786, fue sucedido por Reinaldo Manuel dos Santos, quien introdujo algunas reformas al proyecto original, y el conjunto, que debía ser un austero monasterio para carmelitas descalzas, resultó un impresionante monumento más acabado y ornamentado, muy similar al del monasterio de Mafra. Estos arquitectos la dotaron de una combinación de estilos entre el neoclásico y el barroco.
Las obras se acabaron sólo una década después, en 1789, y fue inaugurada en medio de una gran pompa. Por desgracia, la reina había perdido a su hijo dos años antes víctima de la viruela. Es la imagen de la opulencia, pero al mismo tiempo de la austeridad, representando muy bien el espíritu de una época en la que la curiosidad intelectual y unos altos valores morales iban mano a mano con un profundo amor por el lujo.
La fachada presenta un cuerpo central ligeramente adelantado enmarcado entre las dos torres campanario de sección cuadrangular. Esta fachada de dos cuerpos, presenta en el primero una triple arquería de acceso entre cuatro columnas de fuste liso y capiteles corintios. Sobre ellas descansan cuatro imágenes escultóricas (La Fé, Devoción, Gratitud y Libertad) entre las cuales se ubica un relieve escultórico de la Adoración al Sagrado Corazón de Jesús, obra del escultor Machado de Castro, además de sendos ventanales. Estos dos cuerpos se encuentran rematados por un frontón triangular.
Junto a este cuerpo central encontramos hornacinas con imágenes de Santos y Santas tales como Santa Teresa de Ávila, Santa Maria Madalena, San Elías y San Juan de Dios.
Del exterior también destaca la portentosa cúpula del crucero, elevada sobre tambor en el cual se abren ocho ventanales que proporcionan gran luminosidad al interior, una luz especial que combinada con la oscuridad reinante, dotan al conjunto de un aire de recogimiento y respeto. Cada una de las secciones de la cúpula están interrumpidas por sendos ojos de buey. La linterna también presenta ocho ventanales.
Las torres campanarios presentan remates bulbosos.
Detalle del frontón triangular de la fachada
La iglesia presenta planta de cruz latina con una sola nave
principal, transepto y capilla mayor podo profunda y coro alto a los pies. La
nave principal se cubre por bóveda de cañón con lunetos, apareciendo seis
capillas laterales siguiendo el esquema de las iglesias pombalinas, separadas
por columnas y pilastras, al igual que ocurre en la Basílica de Mafra y la Sé
de Évora.
CAPILLAS DEL LATERAL DEL EVANGELIO
En las capillas laterales destacan las pinturas sobre tela de Pompeo Batoni y que son alusivas a la antigua y nueva advocación del templo. En el lateral del Evangelio aparecen imágenes relacionadas con Santa Teresa, Nossa Senhora do Monte do Carmo, y la Mater Dolorosa; mientras que en el lado de la Epístola, San Antonio, Nossa Senhora da ConceiÇao y el Sagrado CoraÇao de María.
CAPILLAS DEL LATERAL DE LA EPÍSTOLA
En el suelo y paredes se combinan mármoles de color rosa,
gris y blanco. En el pavimento son llamativos los motivos florales que se
forman con la combinación de estos materiales de diferentes colores.
En las naves del Transepto, en el lateral del Evangelio
encontramos la Capilla del Santísimo Sacramento, con una retablo pétreo en el
que se cobija una tela con la representación de la Ultima Cena.
En el lado opuesto, se ubica la Capilla del Senhor dos Passos
y el túmulo de Doña María I, fallecida en Brasil, realizado en mármol blanco apoyado sobre un alto plinto en cuya cara frontal aparece una inscripción alusiva e identificativa de quien se encuentra yacente.
La tumba se asienta sobre leones y toda ella rematada por las imágenes de la
Fama y un putti, así como un medallón con la esfinge de la soberana difunta.Mientras que todos los integrantes de la familia real de la
Casa de Braganza tienen sepultura en el Panteón Nacional, la reina María I fue
sepultada aquí.
Otra obra destacada en este lado de la iglesia es el Conjunto
escultórico de la representación del Nacimiento de Jesús, obra de Machado de
Castro utilizando el corcho y la terracota como materiales, con más de
quinientas figuras, y que podemos encontrar en la llamada Sala do Presépio. De esta obra no tenemos imágenes.
La Capilla Mayor, cobija el retablo de cantería compuesto por
dos columnas de fuste liso y capiteles corintios encuadrando una pintura que
representa “La Consagración de la Devoción al Corazón de Jesús”, todo ello
rematado por un frontón doble partido en el cual se apoyan dos ángeles que
adoran al Crucificado que está rodeado por un rompimiento de gloria, ráfagas y
resplandores. El conjunto está flanqueado por las pinturas de los cuatro
doctores de la Iglesia.
Imagen de Santo Antao
Puerta de acceso
Frente a la basílica está el Parque de la Estrela, el segundo
parque más grande y bonito de Lisboa. Es el sitio preferido por las familias
lisboetas para pasear y disfrutar de los árboles y plantas exóticas, el
estanque de patos, el parque infantil, el quiosco de música y las esculturas
que se reparten por esta zona verde de la ciudad.