Comenzaba la noche con la tradicional Ceremonia de la Aparición a los Guanches
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Posteriormente se iniciaba la procesión de la Virgen hasta la zona de El Pozo, pasando por el Ayuntamiento donde la coral de Candelaria le rindió culto con sus cánticos y a la llegada a la zona del muelle tuvo lugar una pequeña exhibición pirotécnica. Posteriormente la imagen realizaba su camino de vuelto hasta la basílica.
De nuevo en su plaza, la Virgen de Candelaria recorría los últimos metros del trayecto acompañada por sus inseparables guanches y miles de peregrinos que llegaban a la basílica caminando, corriendo, en bicicleta, a caballo, o en parrandas. La noche concluiría con las palabras del Prior de la Basílica, los cánticos de Chago Melián y los fuegos artificiales.
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