Situada en el Largo de Trindade Coelho
Presenta
una fachada simple que esconde la monumentalidad de su interior, por lo tanto
una visita imprescindible en un viaje a Lisboa.
En 1506 comenzó a construirse una pequeña ermita en honor a San Roque en los extramuros de la ciudad, junto al cementerio donde se enterraban los fallecidos por la peste. San Roque es el santo patrono de estos enfermos.
De ella se encargaba la Hermandad de San Roque, y desde 1553 fue cedida a los Jesuitas que la ampliaron y enriquecieron con las obras del maestro Alonso Álvarez, maestro de obras de Juan II, para dar devoción a sus santos: San Francisco Javier, San Francisco de Borja, San Luis Gonzaga y San Ignacio de Loyola. Al ser expulsados los jesuitas de Portugal, la iglesia pasará a manos de la Santa Casa de Misericordia de Lisboa.
Su interior, de una sola nave, con capilla mayor poco
desarrollada y ocho capillas laterales, correspondiéndose con la llamada planta
de salón, está cubierto por vigas de madera prusiana, es el único ejemplo que
queda en Lisboa de los impresionantes techos pintados del periodo manierista.
Sobre las capillas laterales y entre las ventanas, se
encuentran una serie de pinturas dedicadas a episodios de la vida de San
Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, obra de Domingos de Cunha,
en el siglo XVII.
Esta iglesia trentina sirvió de modelo para otras
construidas por la Compañía en el resto del territorio portugués, Brazil y
lejano Oriente.
Es el único ejemplo que queda en Lisboa de los techos
pintados del período manierista. Su pintura se llevó a cabo entre 1587 y 1589,
siendo diseñado por el pintor real Francisco Venegas, un maestro de origen
español que había trabajado para Felipe II.
Pintado con la técnica de trompe-l'oeil con pintura al óleo sobre madera, tiene tres
cúpulas, separadas por cuatro arcos. Más tarde, a principios del siglo XVII, el
pintor Amaro Valle añade a la composición el gran medallón central que
representa el "Triunfo de la Cruz", así como dos paneles eucarísticas
en los laterales.
1. - CAPILLA MAYOR:
El retablo de la Capilla Mayor fue construido entre 1625 y
1628 siguiendo las líneas del estilo manierista imperante en ese momento. Está formado
por dos cuerpos más ático y tres calles separadas por columnas corintias, con
grandes semejanzas a nivel estructural con la capilla de San Francisco Javier y
la capilla de la Sagrada Familia. Estas columnas presentan en su primer tercio,
decoración de guirnaldas, volutas y decoración geométrica.
El lienzo que aparece en el segundo cuerpo pertenecía a la serie de siete lienzos que
la Compañía encargó para ir cambiando en función del calendario litúrgico. Esta
costumbre es algo propio de los jesuitas, que lo instauraron en su tiempo.
En los
cuatro nichos de las calles laterales se ubican los cuatro santos principales
de la Compañía de Jesús, San Ignacio de Loyola (abajo izquierda), San Francisco
Javier (abajo derecha), San Luis Gonzaga (arriba derecha) y San Francisco de Borja (arriba izquierda). Todas
estas imágenes están atribuidas al escultor portugués Manuel Perera. La
hornacina central la ocupa una imagen de la Virgen con el Niño de finales del
siglo XVII.
En el ático encontramos una pintura a modo de tondo, en la
que se representa a Cristo como Salvador del Mundo.
Sobre la mesa del altar delante del retablo, podemos ver cuatro imágenes de madera sobredorada que representan a los cuatro evangelistas.
En
unos nichos laterales, en el muro, encontramos las imágenes de Lord Green Cana,
Santa Brígida, San Gregorio y la Inmaculada Concepción, así como cuatro lienzos
con las imágenes de los Mártires de Japón.
Bajo el suelo de la capilla están las tumbas del rey
Fernando Martins Mascarenhas y del primer patriarca de Lisboa, Don Tomás de
Almeida.
Pasamos a analizar las ocho capillas laterales:
Picha en cada link y se te abrirá la capilla en una pestaña nueva
LATERAL DE LA EPÍSTOLA
LATERAL DEL EVANGELIO
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