Se encuentra ubicada en Largo do Chiado
Presenta similitudes con las otras iglesias del Chiado, la de la Virgen de Loreto y la de Nuestra Señora de Los Mártires. Construida entre los siglos XVIII y XIX, participaron como arquitectos principales João Antunes (1697); y Manuel Caetano de Sousa (1768).
El 27 de febrero de 1696, muere Don Nuno da Cunha Ataide, enterrado en la Iglesia de Orde, Tercera de San Francisco, dejando como heredero a su esposa, Elvira D. Maria de Vilhena, dama de la reina Catalina de BraganÇa, quien ordenó la construcción de una iglesia dedicada a nuestra Señora de la Encarnación, a la cual se trasladarían los restos mortales de su esposo en 1710.
El 27 de febrero de 1696, muere Don Nuno da Cunha Ataide, enterrado en la Iglesia de Orde, Tercera de San Francisco, dejando como heredero a su esposa, Elvira D. Maria de Vilhena, dama de la reina Catalina de BraganÇa, quien ordenó la construcción de una iglesia dedicada a nuestra Señora de la Encarnación, a la cual se trasladarían los restos mortales de su esposo en 1710.
La Iglesia de Nossa Senhora da EncarnaÇao, Nuestra Señora de la Encarnación, presenta una fachada dividida en tres cuerpos más un basamento, todo ello en cantería, que a su vez se divide en cinco calles verticales delimitadas por seis pilastras de orden jónico. A su vez, nos encontramos con tres arcos de acceso, o portadas, rematada la central por un arco mixtilíneo inmerso en un frontón partido, sobre columnas, en el que se representa un relieve del Misterio de la EncarnaÇao. Las laterales se rematan por sendos nichos con representación de la Virgen de Loreto y de la Virgen de la Encarnación. Cabe recordar que la iglesia que se encuentra justo enfrente está dedicada a la Virgen de Loreto.
En el segundo cuerpo se abren grandes ventanales enmarcados por relieves y cabe destacar la presencia de las barandillas de balaustres en los tres vanos centrales.
El ático está rematado por un frontón triangular con la representación nuevamente del Misterio de la Encarnación.
Todo esta fachada se remata por una gran Cruz de cerrajería.
En el interior nos encontramos dos tramos rectangulares, uno que se corresponde con la nave y otro con la capilla mayor. Todo este espacio, ricamente decorado con mármoles, se cubre por una bóveda de cañón interceptada por lunetos, ornamentada con una serie de pinturas y cornisas. En el centro de la nave se representa La Anunciación.
En los muros laterales se presentan pequeñas capillas adosadas a estos, con arcos de medio punto sobre pilastras. Encima de ellas se abren ventanales que iluminan perfectamente el interior. Estas capillas albergan retablos con pinturas sobre tela. En el lado de la epístola están las representaciones de la reina Santa Isabel, Santa Filomena, San José y Nuestra Señora de Fátima; mientras que en el lado del Evangelio, San Antonio, Santa Teresinha, el Ángel Custodio de Portugal y el Sagrado Corazón de Jesús. Este último figura en la antigua capilla del Santísimo, que se cubre con una cúpula octogonal en cantería, y que es uno de los puntos más significativos de esta iglesia.
Precede a la Capilla Mayor un arco triunfal con una cartela en la que figuran las armas del Reino de Portugal. El retablo mayor está realizado en cantería, presentando sendas columnas de orden compuesto sobre el que descansa un remate a modo de cartela con un relieve alusivo al Espíritu Santo sostenido por una pareja de ángeles tenantes.
Destaca la presencia de sendos púlpitos a ambos lados de la nave.
Planta de la iglesia de Nuestra Señora de La Encarnación
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