CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DE LA PIEDAD EN LA IGLESIA DE SAO ROQUE LISBOA

Esta capilla fue fundada en 1686 por Martín GonÇalves da Cámara, oficial  del Rey Don Sebastián,  para albergar su enterramiento personal. La actual decoración se debe a la Hermandad de la Piedad y Misericordia que la realizó entre 1707 y 1716, eligiendo el tema de la Piedad.

El retablo mayor es obra del maestro Bento da Fonseca de Azevedo del año 1708. Los dorados fueron añadidos en 1716. La talla de este retablo va a tener una gran repercusión en el resto de obras que se realicen en Portugal en la primera mitad del siglo XVIII.

La imagen central representa la Crucifixión  rodeada  por una corona de ángeles, situándose como fondo de la composición un estuco policromado en relieve que representa las murallas de la antigua Jerusalén. La imagen de la Piedad completa la escena. Este nicho central está flanqueado por dos pares de pilastras salomónicas, entre las cuales se disponen paneles con decoración diversa. Toda esta estructura está salpicada por la presencia de numerosos angelotes.

Imagen de la Piedad, escultura del siglo XVII

En la parte inferior aparece la imagen de la Virgen de la Buena Muerte.

Las paredes laterales presentan sendos nichos en los que se albergan esculturas policromadas del siglo XVIII con las representación de Longuinos  y la Santa Mujer Verónica, figurando como espectadores de la escena central y dándole un aspecto teatralizante a toda la composición de la capilla, algo propio de las capillas portuguesas de esta época. También encontramos una serie de pequeños nichos con bustos relicarios de la colección de Don Joao de Borja flanqueados por un par de cariátides del siglo XVIII.

En la portada del Sagrario, aparece la representación de Nuetra Señora de Los Dolores, junto a una pareja de ángeles sosteniendo los rayos de la Crucifixión. 

Virgen de la Buena Muerte, siglo XIX

La parte inferior de los muros laterales están decorados con incrustaciones de mármoles de diferentes colores al igual que ocurría en la Capilla de Nuestra Señora de La Doctrina.

El techo abovedado está decorado con pinturas de regusto neoclásico, mientras que la balaustrada está decorada con mosaicos florentinos.