La entrada es colosal; los elementos que rodean a este convento, en su heráldica, en su fachada blanqueada, en la azulejería que nombra su entorno, en la luz hecha bucle entre las artesas de la cubierta, las colgaduras adamascadas y su retablo rococó y, sobre todo... ¡esa maravillosa Dormición de María, esa Reina en su Tránsito a su Coronación celestial! Como os digo, habéis dado lugar a que el convento Dominico de Snta Catalina de Siena, de La Laguna, tengan a toda una familia de peregrinos para el próximo año: los Almansa Duro. Muchas gracias, María y Santiago, por descubrirme las glorias de una tierra totalmente desconocida para mi.
La entrada es colosal; los elementos que rodean a este convento, en su heráldica, en su fachada blanqueada, en la azulejería que nombra su entorno, en la luz hecha bucle entre las artesas de la cubierta, las colgaduras adamascadas y su retablo rococó y, sobre todo... ¡esa maravillosa Dormición de María, esa Reina en su Tránsito a su Coronación celestial! Como os digo, habéis dado lugar a que el convento Dominico de Snta Catalina de Siena, de La Laguna, tengan a toda una familia de peregrinos para el próximo año: los Almansa Duro. Muchas gracias, María y Santiago, por descubrirme las glorias de una tierra totalmente desconocida para mi.
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