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domingo, 29 de junio de 2014

MONUMENTOS DE LISBOA: LA TORRE DE BELÉM

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Vista de la Torre de Belém en Lisboa

La Torre de Belém en Lisboa construida en el siglo XVI (1515-1519), se ha convertido en el símbolo por excelencia de la ciudad, siendo declarada Patrimonio de la Humanidad. Ubicada sobre la antigua playa de Restelo, desde donde partían las carabelas en sus expediciones hacia otros continentes. Construida en una isla en medio del río, y desplazada a un margen del mismo como consecuencia del terremoto de 1755,  inicialmente con fines defensivos, pronto quedó relegada en esta función, para utilizarse como centro recaudador de impuestos e incluso prisión.

En la construcción de la Torre de Belém se siguieron las directrices para la protección de la desembocadura del río Tajo, diseñadas por Joao II como parte de un plan mayor para la reorganización de las fuerzas armadas en tierra y mar. Ese plan fue continuado por el rey Don Manuel I dentro de su política de expansión de Portugal, poniéndola bajo la advocación de San Vicente.


Torre_de_Belém_Lisboa
Torre de Belém - Lisboa 
El proyecto inicial incluía la Fortaleza de Cascais, la Torre Vieja en la orilla Sur del río (Caparica o de Sao Sebastiao), y en la zona norte, la batería fortificada de la Torre de Belem equipada con armamento pesado. El fuego cruzado que proporcionarían estos tres baluartes, constituía un obstáculo para la entrada de cualquier barco. Para completar las carencias de este sistema, se construyó un galeón de mil toneladas armado con diversas piezas de artillería, además de una serie de carabelas también equipadas para ello. Todo este dispositivo móvil se sumaba cuando era necesario a los puestos fijos.

Aunque tiene un parecido con la Torre de Cascais, la suntuosa ornamentación la hace única.

Al igual que el Monasterio de los Jerónimos, sus obras comenzaron bajo el reinado de Manuel I, a cargo del arquitecto Francisco de Arruda, cuya experiencia en Marruecos se deja ver en la decoración de influencia árabe que podemos contemplar en los arcos, balcones y cúpulas de la torre.

En su estructura podemos observar dos elementos principales: la torre y el baluarte. La torre se reparte entre cinco pisos: en los tres primeros se sitúan la Sala del Gobernador, la Sala de los Reyes y la Sala de Audiencias; en el cuarto una capilla y en el quinto se encuentra la terraza de la torre. El acceso al monumento se realiza por el baluarte, a través de una pasarela. Su interior es muy austero; en él podemos destacar algunas esculturas de San Vicente (patrón de Lisboa).


Cualquier visita a la Torre de Belém debe comenzar en el exterior, observando la maravillosa decoración pétrea en las galerías y torres de vigilancia, almenas, escudos y elementos naturalistas alusivos a las nuevas colonias, así como la conocida gárgola del rinoceronte, que según se cuenta pudo servir de inspiración a Durero en su obra. Se dice que el primer rinoceronte en llegar a Portugal fue un regalo del Sultán de Cambai al rey Don Manuel I, lo cual constituyó toda una atracción para la época.

En el exterior también destacan las imágenes de San Miguel y San Vicente, situadas encima de las garitas de las esquinas. En el cuarto piso sobresale una balconada pétrea en cuyos parapetos aparecen numerosas cruces de la Orden de Cristo. A través de la pasarela se llega al puente levadizo donde encontramos una puerta de guillotina y el hall, en cuyo techo encontramos diferentes aberturas desde las cuales se arrojaban proyectiles sobre los invasores que quisieran acceder, con el fin de dificultarles el acceso.

Interior del baluarte
Vistas al río desde el baluarte
Interior del baluarte defensivo de la Torre de Belém
Interior del baluarte defensivo de la Torre de Belém 


Pasando la puerta, accedemos al baluarte, donde encontramos diecisiete cañones dispuestos semicircularmente. El pavimento se presenta inclinado hacia el exterior, proporcionando una posición más segura a los artilleros.

Mazmorras
En el centro se abre un pequeño patio rectangular rodeado por arquería gótica, que servía para la salida del humo de los disparos de artillería. En la planta inferior se encuentran una serie de dependencias que inicialmente eran utilizadas como almacén de provisiones y que más tarde se emplearon como mazmorras, donde no se podía estar de pie. 

Vista de la terraza y el patio interior del baluarte
Por una escalera accedemos a la terraza del baluarte. En su perímetro se disponen seis garitas poligonales con cúpulas de gomos y ventanas de vigilancia. En el centro encontramos la balaustrada que protege el patio del piso bajo, ornamentado con cruces de la Orden de Cristo y especie de pináculos con esferas armilares como remate. En la cara sur del citado parapeto encontramos la imagen pétrea de Nuestra Señora del Buen Suceso, también conocida como “Virgen de las uvas” cobijada bajo un baldaquino de estilo manuelino.

Vista de la torre desde la terraza


Garitas
Virgen del Buen Suceso o "Virgen de las uvas"

Detalles decorativos de la terraza




FACHADA SUR DE LA TORRE



Desde la terraza del baluarte se observa perfectamente la fachada sur de la torre, que es a su vez la fachada principal al estar frente al río Tajo y más ricamente decorada que las demás. En el segundo piso encontramos un balcón corrido con barandilla de tracería gótica  y arquería de siete vanos de medio punto, todo ellos enmarcado por dos cornisas que simulan una soga marinera. Encima aparece el escudo real de Don Manuel I, enmarcado por sendas esferas armilares y una serie de cruces de la Orden Militar de Cristo en cada una de las almenas del camino de ronda del piso superior. Presenta por tanto la simbología regia y los elementos marineros propios de la arquitectura manuelina, con que impresionar en el siglo XVI, a los viajeros y marineros que entraban por primera vez en la ciudad de Lisboa.

SALA DEL GOBERNADOR

Boca de la cisterna

La primera planta de la torre alberga la sala del gobernador, donde encontramos la boca de la cisterna que recogía y almacenaba las aguas de las lluvias. Presenta un techo abovedado cubierto de cal. En dos de sus ángulos encontramos acceso a las garitas, mientras que en otro lateral comienza la escalera de caracol que da acceso a las salas superiores.

El nombre de esta sala proviene de la posible existencia en el siglo XVI de un cargo de gobernador de la Torre, símbolo de prestigio y distinción real, representando a éste y ejerciendo funciones militares, administrativas y judiciales. Para albergar la residencia de los sucesivos gobernadores de la Torre de Belém, fue construido en sus inmediaciones un palacio.

SALA DE LOS REYES
Vista del río Tajo desde la Sala de los Reyes


Esta sala posee una barandilla o balcón exterior, donde se pueden observar ocho aberturas en el pavimento, denominadas matacanes que tenían la misma función que las dispuestas en el hall de acceso. En los otros tres lados de la sala se abren curiosos ventanales a modo de balcones venecianos, así como una rica chimenea de piedra adornada con medias esferas.

SALA DE LAS AUDIENCIAS






Esta sala también posee una chimenea, más austera que la anterior. En la fachada sur aparecen dispuestas sendas ventanas de medio punto. En el lado norte se abren ventanas geminadas con arcos peraltados.

CAPILLA










Su austera belleza le confiere el ambiente de recogimiento propio de la sala que acogiera el oratorio para el desarrollo de las imprescindibles necesidades espirituales de la guarnición. Presenta una bóveda estrellada decorada con los símbolos regios propios del arte manuelino: esfera armilar, Cruz de la Orden de Cristo y escudo real.

Este piso está rodeado por un balcón almenado propio del mundo medieval, muy utilizado en las torres del homenaje, con el fin de arremeter verticalmente sobre el atacante. A nivel exterior, tal y como reseñamos anteriormente, está decorado con escudos con la cruz de la Orden de Cristo.

TERRAZA DE LA TORRE










Desde lo alto de la torre se puede observar el estuario del río Tajo, sus márgenes, todo el barrio de Belém y sus monumentos. Justo enfrente, junto a unas construcciones circulares modernas, se pueden observar los restos de la Torre Velha, también conocida como Torre de San Sebastián.

EL ARQUITECTO, FRANCISCO DE ARRUDA (+1547)

Pertenece una serie de arquitectos formados en Évora, siendo maestro de obras del Alentejo, medidor de las obras del reino, maestro de las obras del Palacio Real de Évora y encargado de reparar las fortificaciones de Moura, Mourao y Portel. Acompañado de su hermano Diogo marchó a Marruecos de donde volvió en 1514 para trabajar en el Monasterio de los Jerónimos, firmando en 1516 un documento que los designa maestro de las obras del baluarte de Restelo (Torre de Belem). Por ello, la torre combina soluciones arquitectónicas inspiradas en el renacimiento italiano con influencias de la arquitectura norteafricana, además de aspectos propios de las fortificaciones medievales y la arquitectura naval. 


Firma de Francisco de Arruda

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