Se encuentra en el barrio de Belém, junto al margen del río
Tajo. Encargado por el Rey Don Manuel I, convirtiéndose en la obra cumbre del
estilo manuelino portugués. Su diseño fue obra del arquitecto de origen francés
Diogo de Boitaca para conmemorar el regreso de Vasco de Gama desde la India. El
permiso para su construcción se solicita en 1496, pero no será hasta 1501
cuando se inicien las obras y se finalizarán a finales de este siglo XVI.
La
idea principal de Don Manuel era la de construir un edificio los
suficientemente suntuoso como para albergar el panteón de toda su familia, la
dinastía Avis-Beja, tal y como podemos observar en los túmulos situados en la
capilla mayor y el transepto de la iglesia del monasterio. El lugar elegido
para erigir este nuevo edificio fue el espacio que ocupaba una antigua ermita
fundada por el infanta Don Enrique el Navegante, situada en la playa do
restelo, y en la cual, Vasco de Gama y sus hombres pasaron la noche en oración
antes de partir hacia la India.
La primera etapa constructiva se encargó al arquitecto de
origen francés, el maestro Diogo Boytac (o Boitaca). Su proyecto no fue llevado
a cabo pues fue sustituido por el proyecto del siguiente arquitecto, Juan de
Castillo. Boytac trabajó en el edificio en los años de 1514 y 1516. Planificó
la obra siguiendo las normas imperantes del momento por toda Europa del gótico
final. De esta etapa poco queda hoy.
En 1516 le sucedió en las obras Juan de Castillo (en Portugal
era conocido como João de Castilho). Maestro de origen español según acredita
un documento en que sus parientes dicen Juan de Castillo era natural de la
Merindad de Trasmiera del reino de Castilla… concretamente de Castillo, pequeña
localidad de la comarca de Trasmiera en Cantabria. Se sabe que trabajó en
España hasta 1505. Con Castillo la obra comienza en su mayor diménsión y se
corresponde con las mejores partes del edificio en estilo manuelino
conjugándolo con el plateresco y estructuras renacentistas. Bajo su dirección se
construyó la iglesia con las más osadas bóvedas, el claustro, la sacristía, la sala
capitular y el refectorio.
A la muerte del rey Manuel en 1521, las obras no se
paralizaron y continuaron en tiempos del rey Juan III con el arquitecto español
Diego de Torralva en 1544.La diferencia de estilo de este arquitecto con respecto
a los anteriores se muestra sobre todo en el gran friso alto realizado por
Diego de la Zarza y en la introducción de los medallones vueltos de lado.
Se va a convertir en la principal empresa constructiva del
país, paralizándose incluso las obras del Monasterio de Batalha para que los
mejores artesanos lleven a cabo los designios de esta nueva obra regia. La
magnificencia de su construcción obedece al esplendor económico que vive
Portugal, a la afluencia de oro y plata procedente de América. La obra fue
financiada mediante el cinco por ciento de los impuestos obtenidos del comercio
de las especias orientales, a excepción de los de la pimienta, la canela y el
clavo, cuyas rentas iban directamente a la Corona.
Manuel I eligió a los monjes de la congregación religiosa de
la Orden de San Jerónimo que tenía como funciones principales, rezar por el
alma del rey y dar asistencia espiritual a los marinos que partían de la playa
de Restelo para descubrir nuevos mundos. Durante cuatro siglos ocuparon el
monasterio hasta que en 1833 se disolvieron las órdenes religiosas de Portugal,
pasando a ocupar el colegio de la Casa Pía de Lisboa.
El estilo manuelino da nombre al rey que Manuel I . Se trata
de un estilo decorativo exclusivamente portugués que integra elementos
arquitectónicos de finales del gótico y del renacimiento, que se caracteriza
por su abigarrada ornamentación , asociándole una simbología regia, cristología
y naturalista. Los elementos más importantes de su simbología son: la esfera
armilar, la cruz de cristo, el escudo nacional, también integra elementos
inspirados en la naturaleza como: hojas de laurel, alcachofas, algas, piñas,
caracolas, etc, además incorpora elementos inspirados en las leyendas
fantásticas como: monstruos, sirenas, orejudos, etc., emplea otros motivos en
su decoración como los cabos y las cuerdas entrelazados como por ejemplo en el
claustro de los Jerónimos, hebillas y cerraduras, columnas y bustos de
personajes, cabezas de niños, etc.
En un anexo construido en 1850 se encuentra el Museo Nacional
de Arqueología, mientras que el Museo de la Marinha se encuentra en el ala
oeste, donde se encontraban las antiguas celdas de los monjes jerónimos.
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